miércoles, 30 de julio de 2008

OH, LA VACHE !


De momento, y mientras caigan en mis manos proyectos interesantes, sigo combinando el trabajo de traductora con el de profesora sustituta. En los últimos años me he especializado en un ámbito que me apasiona: la edición de diccionarios bilingües. Me encuentro en estos momentos finalizando un proyecto de un diccionario de argot y, al editar la palabra "vache", me ha venido a la memoria un recuerdo de la adolescencia que tiene que ver con mis primeras experiencias como estudiante de francés.

Huesca, mi ciudad natal, está hermanada con la ciudad francesa de Tarbes (Midi-Pyrénées). Cuando despertó en mí la pasión por la lengua francesa y todo lo que tuviera que ver con esta cultura, los ayuntamientos de ambas ciudades organizaban unos intercambios lingüísticos durante el verano: primero los oscenses, adolescentes todos, pasábamos quince días en casa de familias francesas, y luego los chicos franceses pasaban quince días en nuestras casas. Lo ideal (visto desde la distancia, claro está) era que te tocara en una familia en la que no tuvieran ni idea de español (o al menos eso te dijeran el primer día), porque tenías que espabilarte como fuera.

Allí me encontraba yo, fuera de las clases (por entonces había estudiado francés durante tres años en la EGB y un año en el instituto), dispuesta a poner en práctica todo lo que había aprendido. Mientras nos dirigíamos a la casa (un HLM muy "a la francesa", con moqueta y perro incluidos), iba yo calladita en el asiento trasero del coche tratando de entender la conversación que mantenía la familia y respondiendo tímidamente a lo que entendía de sus preguntas. En una conversación sin trascendencia de la cual apenas pillé unas cuantas palabras pero imaginé el resto (había que ir a comprar el pan), el padre profirió un "Oh, la vache!" (expresión familiar que bien podría traducirse por "¡jo!" u "¡ostras!"). Todavía recuerdo sus carcajadas cuando me vio a mí, con cara de panoli, tratando de descubrir dónde narices estaba "la vaca".

3 comentarios:

Mauxi Molina dijo...

No conocía esta expresión, pero me gusta.
¡Me la quedo!

Unknown dijo...

Ostres, a mi també m'han passat coses semblants. Durant un viatge a Perpinyà hi havia un company que volia un cigaló d'anís (jo li dic que no en fan i que a més a més no sé com es diu anís, així que li demanaré un café i "andando"). Ve la cambrera i li dic: "- Un café et une noissette" (un café i un tallat). Si veiessiu la cara d'il·lusió del noi (que no té ni idea de francès i la seva traducció havia estat: "un café amb anisset"...encara ric ara.

Mamzelle Lambda dijo...

jejejeje muy bueno

a mi tb me paso algo gracioso cuando empeze a vivir aqui.
Un dia picaron a mi puerta dos hombres, abri y me dijeron "hola,somos de la parroquia de al lado y tenemos una sorpresa para ti"
yo, no se por que, confundi las palabras parroquia y peluqueria, y ya me estaba imaginando todo alegre que me traian alguna oferta.
Luego cuando siguieron con: "ya no estas sola, jesus te acompañia" me rei tanto que los dos hombres marcharon diciendome que probablemente mejor me dejaban tranquila...